viernes, 20 de mayo de 2016

INNOVACION Y DESARROLLO

Aunque es evidente que la industria nacional necesita que la innovación se convierta en uno de los motores que hagan crecer al país de manera sostenida, la más reciente radiografía de la realidad muestra un camino aún incipiente, pues a pesar de los múltiples esfuerzos por cambiar el panorama, la inversión real del Producto Interno Bruto (PIB) en estos campos permanece estancada en 0,16%.

 Así lo demuestran los resultados de la séptima Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecnológica Industrial Manufacturera (EDIT), para el periodo 2013-2014, entregada al final del año pasado por el Dane.
 Según la ficha técnica, la Encuesta de Desarrollo e Innovación obtuvo información de 8.835 empresas  industriales. De estas, 787 poseen un número de trabajadores mayor a 200 personas y 6.069 tienen menos de 50 empleados; es decir, son pequeñas y medianas empresas (Pymes). 

Por su nivel en el campo de innovación, las compañías fueron clasificadas en cuatro categorías, ubicando tan sólo a nueve empresas en la categoría de estrictamente innovadoras; es decir, que el 0,1% de las encuestadas manifestaron contar con procesos con alto contenido tecnológico para elaborar o perfeccionar un producto.


 Por su parte, el 19,3% (1.701 empresas) fueron clasificadas como ampliamente innovadoras, lo que indica que han desarrollado por lo menos un proceso de innovación. Lo preocupante es que la gran mayoría, 6.788 empresas (76,8%), fueron categorizadas en el segmento de no innovadoras, y de éstas sólo el 2,3% manifestaron tener la intención de innovar.


Exactamente, ¿qué significa que una empresa sea innovadora o no? Según el Dane, ser estrictamente innovador significa que durante el periodo de estudio dicha compañía produjo al menos un bien o un servicio, con valor agregado; significativamente mejorado frente al mercado internacional.

Ser innovador en un sentido amplio significa haber originado un producto o servicio nuevo en el mercado nacional o para la empresa misma. Ser potencialmente innovador se traduce en tener adelantado un proceso de desarrollo para nuevos productos o servicios mientras que los no innovadores no poseen ninguna de las anteriores características.

En otras palabras, la innovación en la industria va de la mano con el crecimiento de las empresas en el mercado nacional y su competitividad en el mercado externo, lo que muestra que son muy pocas las que muestran estos resultados.

Otro aspecto revelador es el resultado sobre el objetivo de la inversión de las empresas industriales que son innovadoras, quienes en su gran mayoría (86%) aseguraron destinar su capital, prioritariamente, para mejorar la calidad de sus productos o sus servicios, lo cual en sí no es negativo; no obstante, desestiman la relevancia de invertir en la reducción del consumo de agua, la energía, los insumos o las materias primas. Es decir, en la optimización de los procesos productivos.

Lo anterior indica la poca importancia que le dan los empresarios a la adquisición de tecnologías más eficientes, con menores consumo y desperdicio de insumos y materiales, lo cual al final debería redundar en las utilidades.

A pesar de todo esto, hay que destacar algunos aspectos positivos como que la inversión que hicieron las compañías en este aspecto pasó de $1,7 billones en 2013 a $2,2 billones en 2014, entre las empresas que realizaron algún tipo de innovación.

Tanto a las empresas innovadoras como a las potencialmente innovadoras se les preguntó cuál es el mayor obstáculo para innovar y calificarlo según su importancia. La escasez de recursos propios lidera las preocupaciones de los empresarios donde 1 de cada 4 lo ve como un desafío prioritario.

Adicionalmente, entre los mayores obstáculos para innovar están: la incertidumbre frente a la demanda de los productos innovadores; el riesgo de imitación por terceros; la falta de personal calificado, y la escasa información sobre los mercados y sobre la tecnología disponible.

Según los empresarios, otra de las razones por la que la industria está rezagada en innovación se debe al lento incremento en la contratación de personal involucrado en la realización de proyecto de alta tecnología, pasando de ser el 2% del total de los empleados en 2013 al 2,5% en 2014. 


Por tipo de industrias la fabricación de plaguicidas lidera el porcentaje de empresas innovadoras (tanto estrictas como amplias) con el 45,7%. La industria metalmecánica obtuvo el 0,4% con tan sólo 35 empresas catalogadas como innovadoras. En último lugar se encuentra la coquización y refinación de petróleo con el 25,4%. las empresas para mantener la mayor cuota de mercado posible.

En una entrevista para el periódico El Tiempo, Daniel Quintero, gerente de Innpulsa –entidad oficial que promueve las iniciativas de negocio–, explicó que: “al innovar, las empresas mejoran sus productos y procesos de producción, es decir, son más competitivas tanto para el mercado interno y, con mayor razón, para el mercado externo”.

Quintero destacó que un gran número de empresarios tiene un concepto errado de la innovación, pues la definen exclusivamente en actividades referentes a tecnología. “La innovación se puede dar en todos los sectores de la economía, desde la agricultura hasta la industria intensiva en mano de obra. Además, en todas las áreas y niveles de una empresa, desde la producción, pasando por el mercadeo, los recursos humanos y los canales de distribución”. Tan vital como la innovación, es la difusión y comercialización que permiten dar utilidad a la idea generada. La innovación tiene por objetivo la búsqueda sistemática de oportunidades para hacer cosas nuevas o de una forma nueva, de modo que se aporte valor a los clientes y a la propia empresa. No consiste solamente en llevar adelante una serie de proyectos novedosos aislados, sino que la innovación es un proceso de negocio, directamente ligado a la estrategia de la empresa y a su competitividad futura, con un marcado carácter multidisciplinar en el que intervienen no sólo los aspectos tecnológicos (de producto o proceso) sino también los comerciales y organizativos.


TOMADO DE: http://www.metalactual.com/revista/39_12_actualidad_innovacion.pdf.



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